Es un gozo para el alma re-encontrar-nos con la fuerza, resistencia y constancia del bambú en una forma pedagógica que enfatiza en el espíritu. Alegramos-nos con Steiner al encontrarnos en resonancia con su propuesta para la libertad del ser, en un marco creacional desde la antroposofía, relacionando la divinidad con la sabiduría humana.
Vemos en Steiner un hombre dinámico en diferentes ramas del conocimiento, que hace real-aciones, juega, crea, re-crea y mezcla, características de una persona creativa, inquieta, generadora de cambios; vemos-nos así en el espejo de su vida para contagiar-nos y animar-nos a continuar, a confiar en la intuición como bien lo hizo él para guiar su pensamiento y la forma de abordar la vida como brújula que guía el corazón.
Coincidimos que para acceder al mundo espiritual debemos-nos comprometer con la naturaleza y el cosmos como un tejido en red que nos-toca y trans-toca-todo; dice el proverbio chino: «el leve aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo». Educar en correspondencia con los ciclos de la tierra, con la ayuda de los elementales de la naturaleza y las fases de la luna nos acerca en concordancia al maestro Freinet, desde un acompañamiento en el proceso de bio-aprendizaje a partir de una ciencia intuitiva, humilde y natural que re-curre al corazón y a la esencia humana.
La ruta natural de la vida misma y la propuesta de Steiner comprende y respeta las etapas evolutivas del ser en septenios https://www.youtube.com/watch?v=VuL95Hiz76M&t=114s nos-conviene revisar en nuestros procesos propios lo que cada siete años ha ocurrido en nuestras vidas, de manera lineal y circular y contrastar-nos para identificar las formas en que resuena en cada uno de nos-otros dicha teoria. Una educación que desarrolla en cada niño un ambiente libre y cooperativo, dice Freinet «El trabajo escolar debe entenderse como una actividad organizada, cooperativa y responsable; como actividad útil al individuo y al grupo; como instrumento de aprendizaje individual y social, teórico y práctico» siendo consciente del otro, del otro que también soy yo con diferencias y semejanzas con capacidades diferentes, a otros ritmos y con otras potencialidades. Irear.
Ivanca camina y en su recorrido encuentra la propuesta de Steiner, en la que reconoce el conocimiento de la pedagogía humana con un valor agregado, la fantasía y el asombro. Fue este polifacético matemático quien tuvo presente el diseño de una escuela para ser libres a partir de la experimentación, más allá del formalismo. La educación es una forma progresiva de ver la libertad como metodología apropiada para la igualdad social. El cuidado de la naturaleza en su propuesta nos guía a seguir en concordancia con lo dispuesto en la revisión de transformadoras epistemologías, en un marco del pensamiento propio. Bajo la premisa “Por qué somos todos uno” las escuelas Waldorf, han incluido de manera horizontal a grandes grupos poblacionales entendidos y asociados a las redes rizomáticas propias de nuestra formación doctoral.
Nos mueve poderosamente el enunciado publicado en este blog: “La evolución espiritual no se manifiesta por la posibilidad de almacenar conocimientos, declamar verdades u obrar milagros, sino por la capacidad de corregir los propios errores...” Rudolf Steiner
Armoniza con los autores que elegimos abordar en nuestro blog, ya que se hace innegable que si hay algo que ha afectado el desarrollo libre de la persona, aprendiente, es el paralizante miedo al fracaso, a errar; este temor ha sido infundido por la sociedad, empezando desde el núcleo familiar, teniendo como potente patrocinador al sistema escolar. Desde los primeros años de vida, el ser humano es sometido al estresante deber de conocer y dar la respuesta correcta a los diferentes problemas e inquietudes que se le presenten en la vida, en la mayoría de las ocasiones se trata de una respuesta prefijada y asumida como verdad absoluta, la cual ha sido adoptada por generaciones, de acuerdo con los intereses del sistema productivo gobernante; con base en ella, se ha diseñado un patrón que se usa como molde, a este se deben ajustar los objetivos educacionales con el fin de formar sistemáticamente objetos obedientes, adiestrados bajo un esquema determinista, lineal, fragmentado y objetivo en el que no hay espacio significativo para el diálogo ni para la construcción creativa y concertada de caminos; desconociendo por completo los intereses del individuo y su experiencia personal en relación con el entorno.
En un alto porcentaje, las evaluaciones escolares se limitan a la comparación de la respuesta suministrada por el aprendiente con el patrón prefijado; y de la coincidencia entre estos se determina si hay acierto o si hay error; en caso de arrojar error, el sistema, con tendencia a ser punitivo, determina la reprobación o fracaso del aprendiente y su proceso de aprendizaje; no hay lugar para aprender del error, mucho menos para estudiar el error como una propuesta alternativa, lo más importante y dañino es que prácticamente se ha anulado la oportunidad de aprender de él.
El resultado al tratamiento del error y de quien lo comete es la aniquilación de la autoestima, razón por la cual el individuo se hace vulnerable; prefiere renunciar a su impulso creativo y ceder su postura divergente, antes que ser expuesto al escarnio de la reprobación. De esta manera el ser aprendiente abandona su libertad, aproximándose a la zona segura, pero castrante, de la certidumbre, deja de crear para repetir y replicar experiencias ajenas.
Con ánimo esperanzador, creamos que la crisis sea el escenario propicio para el cambio, que al terminar el aislamiento, la humanidad tenga como bandera disponerse a la transformación que demanda el entorno para hacer de este un mundo mejor; que el distanciamiento nos haya enseñado a valorar la amistad, a cohabitar con tolerancia, a respetar la diferencia, a considerar los sentimientos del otro al hablar y obrar; que no salgamos a normalizar nuestras vidas sino que tengamos la decisión de replantearnos y hacer la diferencia.
Que en plena libertad podamos acercarnos a la verdad y que al conocerla seamos verdaderamente libres. Aclarando que no se trata de las verdades absolutas que tradicionalmente se nos han impuesto de manera determinista; se trata de la creación, de la relación sincera y personal que el ser establece en su espíritu en el proceso de descubrimiento, en su construcción conocimiento y el aprendizaje que se pone a prueba en el compartir con la otredad.
Es un gozo para el alma re-encontrar-nos con la fuerza, resistencia y constancia del bambú en una forma pedagógica que enfatiza en el espíritu. Alegramos-nos con Steiner al encontrarnos en resonancia con su propuesta para la libertad del ser, en un marco creacional desde la antroposofía, relacionando la divinidad con la sabiduría humana.
ResponderEliminarVemos en Steiner un hombre dinámico en diferentes ramas del conocimiento, que hace real-aciones, juega, crea, re-crea y mezcla, características de una persona creativa, inquieta, generadora de cambios; vemos-nos así en el espejo de su vida para contagiar-nos y animar-nos a continuar, a confiar en la intuición como bien lo hizo él para guiar su pensamiento y la forma de abordar la vida como brújula que guía el corazón.
Coincidimos que para acceder al mundo espiritual debemos-nos comprometer con la naturaleza y el cosmos como un tejido en red que nos-toca y trans-toca-todo; dice el proverbio chino: «el leve aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo». Educar en correspondencia con los ciclos de la tierra, con la ayuda de los elementales de la naturaleza y las fases de la luna nos acerca en concordancia al maestro Freinet, desde un acompañamiento en el proceso de bio-aprendizaje a partir de una ciencia intuitiva, humilde y natural que re-curre al corazón y a la esencia humana.
La ruta natural de la vida misma y la propuesta de Steiner comprende y respeta las etapas evolutivas del ser en septenios https://www.youtube.com/watch?v=VuL95Hiz76M&t=114s nos-conviene revisar en nuestros procesos propios lo que cada siete años ha ocurrido en nuestras vidas, de manera lineal y circular y contrastar-nos para identificar las formas en que resuena en cada uno de nos-otros dicha teoria. Una educación que desarrolla en cada niño un ambiente libre y cooperativo, dice Freinet «El trabajo escolar debe entenderse como una actividad organizada, cooperativa y responsable; como actividad útil al individuo y al grupo; como instrumento de aprendizaje individual y social, teórico y práctico» siendo consciente del otro, del otro que también soy yo con diferencias y semejanzas con capacidades diferentes, a otros ritmos y con otras potencialidades.
Irear.
LOS CAMINOS DE IVANCA
ResponderEliminarIvanca camina y en su recorrido encuentra la propuesta de Steiner, en la que reconoce el conocimiento de la pedagogía humana con un valor agregado, la fantasía y el asombro. Fue este polifacético matemático quien tuvo presente el diseño de una escuela para ser libres a partir de la experimentación, más allá del formalismo. La educación es una forma progresiva de ver la libertad como metodología apropiada para la igualdad social. El cuidado de la naturaleza en su propuesta nos guía a seguir en concordancia con lo dispuesto en la revisión de transformadoras epistemologías, en un marco del pensamiento propio. Bajo la premisa “Por qué somos todos uno” las escuelas Waldorf, han incluido de manera horizontal a grandes grupos poblacionales entendidos y asociados a las redes rizomáticas propias de nuestra formación doctoral.
Nos mueve poderosamente el enunciado publicado en este blog: “La evolución espiritual no se manifiesta por la posibilidad de almacenar conocimientos, declamar verdades u obrar milagros, sino por la capacidad de corregir los propios errores...” Rudolf Steiner
ResponderEliminarArmoniza con los autores que elegimos abordar en nuestro blog, ya que se hace innegable que si hay algo que ha afectado el desarrollo libre de la persona, aprendiente, es el paralizante miedo al fracaso, a errar; este temor ha sido infundido por la sociedad, empezando desde el núcleo familiar, teniendo como potente patrocinador al sistema escolar. Desde los primeros años de vida, el ser humano es sometido al estresante deber de conocer y dar la respuesta correcta a los diferentes problemas e inquietudes que se le presenten en la vida, en la mayoría de las ocasiones se trata de una respuesta prefijada y asumida como verdad absoluta, la cual ha sido adoptada por generaciones, de acuerdo con los intereses del sistema productivo gobernante; con base en ella, se ha diseñado un patrón que se usa como molde, a este se deben ajustar los objetivos educacionales con el fin de formar sistemáticamente objetos obedientes, adiestrados bajo un esquema determinista, lineal, fragmentado y objetivo en el que no hay espacio significativo para el diálogo ni para la construcción creativa y concertada de caminos; desconociendo por completo los intereses del individuo y su experiencia personal en relación con el entorno.
En un alto porcentaje, las evaluaciones escolares se limitan a la comparación de la respuesta suministrada por el aprendiente con el patrón prefijado; y de la coincidencia entre estos se determina si hay acierto o si hay error; en caso de arrojar error, el sistema, con tendencia a ser punitivo, determina la reprobación o fracaso del aprendiente y su proceso de aprendizaje; no hay lugar para aprender del error, mucho menos para estudiar el error como una propuesta alternativa, lo más importante y dañino es que prácticamente se ha anulado la oportunidad de aprender de él.
El resultado al tratamiento del error y de quien lo comete es la aniquilación de la autoestima, razón por la cual el individuo se hace vulnerable; prefiere renunciar a su impulso creativo y ceder su postura divergente, antes que ser expuesto al escarnio de la reprobación. De esta manera el ser aprendiente abandona su libertad, aproximándose a la zona segura, pero castrante, de la certidumbre, deja de crear para repetir y replicar experiencias ajenas.
Con ánimo esperanzador, creamos que la crisis sea el escenario propicio para el cambio, que al terminar el aislamiento, la humanidad tenga como bandera disponerse a la transformación que demanda el entorno para hacer de este un mundo mejor; que el distanciamiento nos haya enseñado a valorar la amistad, a cohabitar con tolerancia, a respetar la diferencia, a considerar los sentimientos del otro al hablar y obrar; que no salgamos a normalizar nuestras vidas sino que tengamos la decisión de replantearnos y hacer la diferencia.
Que en plena libertad podamos acercarnos a la verdad y que al conocerla seamos verdaderamente libres. Aclarando que no se trata de las verdades absolutas que tradicionalmente se nos han impuesto de manera determinista; se trata de la creación, de la relación sincera y personal que el ser establece en su espíritu en el proceso de descubrimiento, en su construcción conocimiento y el aprendizaje que se pone a prueba en el compartir con la otredad.